martes, 12 de abril de 2011

TRABAJO AUTÓNOMO SEMANA # 9

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

Libro de arena publica un relato ficcional sobre una de las leyendas del fútbol argentino, el loco Corbatta.



Por Miguel Kreimer*
Las inferiores de Racing tienen su mística. La que pasa por los clásicos contra Independiente, la de haber escuchado que alguna vez hubo un equipo de José, la de haber superado tener el estadio embargado y la gloria un poco más reciente conseguida de la mano del Mostaza Merlo, eternizado en una estatua de dudoso buen gusto.
Los nuevos, siempre hay nuevos, sienten esa cosa especial cuando entran por primera vez al vestuario de los locales.
El club, muy concientizado que en los chicos está el futuro de la institución, les acondicionó un lugar adecuado para que cultiven el amor por la camiseta y sueñen con la grandeza de la albiceleste  y por qué no, la buenaventura individual.
Vestuario O. O. Corbatta, escrito en un prolijo cartelito de madera corona la entrada. A muchos les llama la atención el nombre, y hasta bromean con eso.
-Nos exigen que vengamos vestidos con el equipo de club y nos ponen un cartelito pidiendo la corbata.
El entrenador, un veterano que nunca se destacó demasiado con la pelota en los pies y que busca revancha con la tiza en la mano, les explica.
-Corbatta fue un puntero derecho extraordinario, capaz de dar vuelta un resultado él solito. Yo lo vi jugar, y les aseguro que tiene bien merecido el recuerdo del club.
Los chicos, que pensaban que el fútbol empezó con Maradona descreían de los dichos de su entrenador.
-Un puntero es un puntero, y me parece difícil que pueda tener tanto lucimiento -dijo el muchacho que casualmente transpiraba la camiseta número 11.
El DT, docente al fin, les recuerda que hace cincuenta años las posiciones dentro de la cancha eran mucho más estáticas, se atacaba con cinco delanteros y los punteros tenían que correr pegados a la línea para tirar los centros hacia atrás y evitar el off side.
-¿No es lo que hacemos ahora?  
-Nada que ver, antes no se marcaba en zona, no se adelantaban las defensas para dejar al jugador en infracción y el atacante tenía que arrastrar la defensa para habilitar a sus compañeros.
Los chicos no se conformaban con la explicación del DT y desconfiaban de la real habilidad del tal Corbatta. Para cortarla el entrenador dejó caer la bomba.
-Además el crack será recordado eternamente  por sus goles olímpicos.
-Quiere decir que metió muchos goles durante las Olimpiadas -arriesgó uno de los pibes.
Recuperando el control de la situación el veterano les contó en qué consistía la hazaña del puntero.
-Goles olímpicos, quiere decir que convertía goles ejecutando tiros de esquina: la pelota entraba en el arco sin que nadie llegue a tocarla.
Orestes Corbatta se convirtió en el héroe de la quinta división y el entrenador descubrió el inmenso valor de la motivación, que casi sin querer, había conseguido.
No solamente los punteros, sino todo el equipo, le pedía practicar tiros de esquina buscando entrarle a la pelota con la comba adecuada para meterla bajo los tres palos.
Por primera vez recorrieron la galería de fotos del segundo piso del estadio y en lugar de reírse de sus predecesores por los peinados engominados y sus bigotitos de telenovela, entendieron que hubo jugadores habilidosos que medio siglo atrás les estaban marcando el camino.
Acostumbrados al destino europeo de los virtuosos, los chicos se interesaron por saber en que clubes había militado Corbatta después de su paso por Racing.
El entrenador los sentó en la misma salita donde pasaban los videos de los partidos y se daban las charlas técnicas.
-No hubo después, si bien intentó jugar en algún otro lado, el loco Corbatta descubrió que su lugar en el mundo era este, el club. Tanto es así que terminó viviendo acá.
-¿No se hizo millonario como todos los jugadores?
Les contó que en esa época no se hacía tanta plata con el fútbol, pero que la que ganó se la gastó y en la vejez fue tan pobre como cuando era chico.
-¿Qué hacía en el club todo el día?
-Ayudaba como utilero y cuando se sentía bien les enseñaba  a los pibes a patear tiros libres.
Los chicos se lamentaron que no les había tocado vivir esa parte de la historia, porque hubiera sido lindo conocerlo.
El DT, que había vivido esa parte de la historia, les terminó contando.
-Los chicos éramos un poco crueles con él –recordó-. Cuando le pedían que colocara los conos en la cancha para practicar la gambeta corta, nosotros lo apurábamos.
-Vamos viejo, corra, que no tenemos toda la mañana.
-¿Y don Orestes, lo hacía?
-Lo hacía con una sonrisa, contento de estar pisando la cancha de sus amores. Lo hacía lo más rápido que la borrachera de la noche anterior se lo permitía…    
*Trabajo realizado para el Taller Literatura y Periodismo, del Programa Bibliotecas para Armar, que coordina Mario Méndez en la Biblioteca Popular Alberto Gerchunoff.

Sinopsis

Johnny Gray es un ingeniero mecánico con dos amores únicos: su locomotora (laGeneral) y una mujer. Sin embargo, la guerra de Secesión norteamericana estalla y ella leexige que se aliste en el ejército como prueba de su hombría. No obstante, parece que su
destreza técnica le juega una mala pasada y no lo aceptan, bajo el pretexto de que servirámejor a su país si sigue como maquinista.
Poco después, un grupo del Norte roba su locomotora, en la que viaja su amada. Sedesencadena entonces un episodio frenético en el que el ducho demostrará su valor, salvará a la chica y recuperará el aparato robado.

Contexto


Tras su dedicación a los cortometrajes, The Saphead (1920) instituye a Keaton como
una figura famosa a  la altura de la industria del largo. Aprovecha entonces para rodar caprichosamente una decena de películas en las que se le concede lo que pide (incluido un
trasatlántico o la locomotora que vemos en The General).
Es en este momento cuando se gana el apodo de cara de piedra gracias a su alter
ego, un personaje joven que peca de falta de expresividad facial que resuelve sus problemas
con una mímica histriónica.
Su fama se vio empañada por el éxito de sus dos coetáneos, Charlie Chaplin y Harold Lloyd, con quienes pese a ello mantuvo relaciones de cordialidad y respeto profesio-


Fícha técnica de Ficha técnica de IMDb; The General (1926) [http://www.imdb.com/title/tt0017925/, consulta: 20 de
abril], IMDb.com Inc., IMDb, 2010.
12 Se cita como una película de 1927.
13 Con deferencias de VV. AA.; El maquinista de la General
[http://es.wikipedia.org/wiki/El_maquinista_de_La_General, consulta: 20 de abril], Wikimedia, Wikipedia, 2010.

Crítica

Lo que vemos en El maquinista de la General es probablemente el primer gran despliegue de efectos especiales (tal y como concebimos en la actualidad el concepto de cine
de acción). Durante todo el metraje, haciendo énfasis en el bloque central, Keaton se afana
por inyectar disparos, explosiones, destrucciones y calamidades virtuales que, de no estar,
hubiesen construido una obra mucho más sobria, formal y aburrida.
Esto es, que el sustento principal de la trama es una serie tras otra de accidentes, entre los cuales Buster introduce su personaje cómico, dotado de una faz rocosa y un cuerpo
expresivo. El quid de la diversión está en secuencias como la del cañón, donde se junta en
talento del actor con la espectacularidad de la pólvora.
Un punto destacable es el énfasis por mantener la continuidad entre planos. Vemos,
por ejemplo, a Johnny Gray entre la cola para alistarse y, mientras sus acciones son fluidas
y constantes, cambiando en todo momento la situación, los distintos planos mantienen la
armonía secuencial. Esto abandona el concepto propio de teatralidad, en el que la cámara
se sitúa como un mero espectador del escenario y los planos en detalle únicamente sirven
para que veamos mejor algo que, de ser más pequeño, pasaríamos por alto.
En esta edad temprana del cine, sorprenden cosas como el abandono de las máscaras (el plano deja de ser una tabula rasa variable donde se dibujan aspectos de la historia y
pasa a ser el marco que dibuja toda la película) y algún que otro travelling de seguimiento,
al que se le añaden las secuencias donde el propio cinematógrafo está sobre el tren.
Pero, sin duda, lo que dota del encanto a este film es ese patetismo que también llevará al personaje de Chaplin a un segundo estrato mucho más selecto del humor, y a una
supervivencia al tiempo diegético de nuestro Mundo Real. Tenemos presente, sin duda, el
plano donde el triste maquinista,  sentado en las traviesas de las ruedas, se deja llevar por
el vaivén de la máquina

RESEÑA  DISCOGRÁFICA

Producido por José Antonio Rodríguez. Centro de Arte y Flamenco de Sevilla
1. Manolo Reyes (bulería)
2. Lo mismo que los metales (Fandangos de Huelva, de cuatro guitarras y una voz)
3. Mi David y mi Miguel (Soleá)
3. Al Titi (Tangos de Triana)
4. Pastora (Farruca)
5. Yo sentí (Seguiriya)
6. Antonio Vargas Heredia
7. Mi cabellito (cantiñas de Pinini)
8. Celos hasta del aire (fandangos de Lucena y verdial)
9. Gelem-Gelem 


UAN VERGILLOS
Han pasado seis años y no veas como ha cambiado el panorama. Si en su disco de debut (BMG, 2001) la cantaora trianera firmaba para una multinacional una obra protagonizada por la canción aflamencada, ahora nos ofrece, en una suerte de autoedición (en concreto, una coproducción de una discográfica pequeña y la propia cantaora) un disco estrictamente flamenco. La cantaora ha visto que puede prescindir de los aparentes arreglos de su primer disco, y también de la supuesta capacidad promocional de las multinacionales. El disco está en franca recesión. Obviamente no es la causa de ello la democratización de los sistemas de reproducción, como afirman las grandes discográficas. Es su propia ambición y su falta de imaginación, así como la espuria pretensión de que de los avances técnicos han de aprovechar sólo los ricos. De eso nada. Si la tecnología ha abaratado los costes de los discos, eso tiene que repercutir en el comprador. Como no ha sido así (no se rebajó el precio del producto final, y tampoco se ofreció nada a cambio para compensarlo), éste ha optado por la solidaridad en red. ¿De qué se quejan entonces?

El resto de la obra está producida e interpretada por la guitarra imaginativa de José Antonio Rodríguez. Ahí se permite Esperanza el estribillo para el cante festero (tangos trianeros) y dos canciones por bulerías protagonizadas por dos grandes voces del siglo que se nos fue: ‘Manolo Reyes’ de la Niña de los Peines y ‘Antonio Vargas Heredia’ de Imperio Argentina. El contrapunto de sofisticación y frialdad melódica lo pone Rodríguez. El estribillo de los tangos del Titi nos retrotrae a la infancia trianera de la cantaora en una sorprendente modulación desde los tonos mayores de la melodía tradicional. ‘Manolo Reyes’ abre el disco con toda la fuerza de su estribillo en la guitarra de Rodríguez y el coro masculino, es decir, una forma de comercialidad que no traiciona la tradición de este arte. A la entrega y virtuosismo rítmico de Fernández le corresponde Rodríguez con imaginación. Si ‘Manolo Reyes’ se impone por estribillo y fuerza rítmica, ‘Antonio Vargas Heredia’ es una sutileza de melodía. Los gitanos lorquianos de los años 30 vestidos de limpio. Impecable. Rodríguez conduce a Fernández con toda delicadeza de la mano, o la sigue a breve distancia espoleándola rítmicamente y disparando las melodías hasta ámbitos sorprendentes. Digamos que toda la experiencia acumulada en los estudios de grabación, y en los directos, por Rodríguez, está presente en este disco sin necesidad de utilizar otra instrumentación que la tradicional flamenca. Quiero decir que, en su apariencia y verdad de tradicionalismo, este disco expone más que el anterior de la cantaora, también en su compromiso con los tiempos que nos están tocando. Y ¡cómo la voz de Fernández va ganando en intensidad conforme la interpretación avanza!También los artistas le han echado ganas e imaginación. Ya saben que el disco se ha convertido en un aval de sus directos. Y es por ello que la producción se ha ido haciendo cada vez más austera, verdadera. Ello, que ha sido una revolución en otros ámbitos musicales, ha significado para el flamenco que nos encontremos con obras tan frescas, a la vez que claras y pulidas, como estos ‘Recuerdos’. Fernández se ha acordado de lo que hace en directo, el cante que aprendió en el seno familiar. Y de ello ha resultado un disco fresco, espontáneo. Mejor cuanto menos sofisticado. Por eso los tres cortes grabados en directo, con los guitarristas habituales de la cantaora, son lo mejor del disco. Soleares y cantiñas con Miguel Ángel Cortés y seguiriyas con Paquito Fernández.
Dos entregas fandangueras, las dos a ritmo. Huelva y Lucena. En la primera el estribillo más prescindible de la obra. Lo mismo que la letra: también la más prescindible y autoreferencial por demás. Más compromiso en Lucena con el ritmo acelerado hasta los jaleos o bulerías a golpe. Rodríguez dibuja un territorio aéreo para la guitarra que la Fernández trae a la tierra en aras de unas melodías que están entre las más bellas y directas y raras de este arte. No se corte y emociónese hasta las trancas. Evanescente y terrenal, directo y evocativo.
El equilibrio a esta sofisticación lo ponen los tres cantes en directo. El corazón a tres pasos.
Las cantiñas con aire de tierra adentro, la que va de Lebrija a Utrera. La guitarra a medida humana de Cortés en directo, meciendo a la cantaora. Una interpretación que hemos escuchado cientos de veces y cuya justeza y verdad no admite duda alguna. Sólo quedan dos pasos para llegar al centro.
Por soleá. Esto es un baile, el jaleo, el baile de un corazón. Cortés acuna el dolor del cante, la memoria de lo que se fue. La frustración que fue. Queda un solo paso. La austeridad de la forma tiene su porqué: el mostrar la carne viva.
La carne viva de la seguiriya. La guitarra tensa de Paco Fernández es un contraste con las otras dos sonantas, sofisticada la una y austera la otra. El universo que bosqueja Paquito es el del dolor en pura llaga. El quiebro del ser. La seguiriya. El puro grito. Civilizado, domesticado por los sistemas musicales modales mediterráneos. Es la civilización más pura, el equilibrio exacto entre la naturaleza y la polis, el grito y la escena. El dolor y su representación artística.
Acaso el disco del año. Ya que prueba la viabilidad de una fórmula, el registro sonoro, clave en la música del siglo XX. Viabilidad como testimonio y como producto artístico. Claro que es una bofetada a una industria que se declara en crisis desde hace años. Una muestra de confianza en uno mismo y en lo que hace, más allá de engañifas de mercado. Con su pan se lo coman.


  • Superestructura de la reseña bibliográfica...
Titulo: E
l loco Corbatta.

Ficha tenica: 

Autor: 

Miguel Kreimer
Ciudad donde se edito: Buenos aires -Argentina
# de páginas: 2
  • Superestructura de la reseña cinematográfica


Titulo:  The General
Año 1926 (2003 versión alternativa)
Duración 75 min.
Director Clyde Bruckman, Buster Keaton
Guionista Clyde Bruckman, Buster Keaton
Productor Buster Keaton Productions
Intérpretes Buster Keaton, Marion MackfGlen Cavender, Jim Farley,
Charles Henry Smith, Frank Barnes, Frederick Vroom
IMDb http://www.imdb.com/title/tt0017925/
FilmAffinity http://www.filmaffinity.com/es/film228751.html
  • Superestructura de la reseña Discográfica
Titulo:  Recuerdos
Autor: Esperanza Fernandez
# de páginas: 3 páginas

RESEÑA VÍDEO 

Ficha técnica
Titulo: "El circo de la mariposa" /director y guion: Joshua Weigel / productores: Joshua Weigel, Nathan Elliott, Jon y Esther Phelps y Bob Yerkes genero: cortometraje / Protagonista: Nick Vujicic -Eduardo Verástegui -Doug Jones


Resumen: 
Un artista, creador de un circo denominado "el circo de la mariposa", viaja junto con cada miembro que conforma cada acto artístico que se realiza en su aquel circo,realizan un viaje a América, de repente les pareció interesante la publicidad que se le estaba rindiendo a un carnaval que  estaba situado cerca donde ellos se encontraban, al entrar allí y al evidenciar cuidadosamente lo que estaba sucediendo, se pudieron dar cuenta que se estaba subestimando a cada persona que se estaba exhibiendo en este lugar. en este lugar se exhibían a las personas con discapacidades físicas con el objetivo de obtener motivos de burla de la gente que los observaba con desprecio; este artista y sus acompañantes no le vieron nada de gracioso a esta problemática, todo lo contrario vieron que era un lugar donde se subestimaba la gente con discapacidades. hubo un personaje en especial llamado will quien era reconocido en este carnaval despreciable como "el hombre sin extremidades" por el cual fue personaje fundamental para el inicio de una vida nueva y esto con ayuda de el artista del circo  ahora este circo se conformaría en personajes auténticos quienes fueron sacados de este lugar para convertirse en artistas de verdad y de en ves de producir burlas ante la gente producían admiración.


Critica:
considero que la trama que conforma este cortometraje es muy interesante pues claramente se evidencia un ejemplo de superación personal, donde su mensaje hacia el tele vidente es de esperanza, motivación y fuerzas para salir a delante, el personaje que interpreto el protagonista es hombre de admirar por muchos ya que es una persona por la cual trasmite valores autentico valiosos e importantes para salir adelante en la vida, nos da a entender que a pesar de las discapacidades físicas lo más importante es tener vida y el resto es lo de menos pues ya reconociendo que somos participes de ser persona y tener vida en este mundo las discapasidades y demás factores que creemos que seria problema en realidad son cosas insignificantes en la vida lo importante es tener claro quien se quiere ser en la vida.

















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